Hay discos que se escuchan con emoción, con sentimiento, con la energía recorriéndote las venas mientras suenan sus canciones. El último álbum de Jolie Holland Wine Dark Sea es uno de ellos, una joya en estado puro. En un Espai Club de la sala Barts prácticamente a oscuras y a pesar de estar tremendamente enferma, Holland supo atraparnos con su voz arrastrada y susurrante mientras nos deleitaba cantando gran parte de las canciones de su último trabajo.
El concierto se dividió en dos partes, con una pausa de 10 minutos, necesaria para que su voz se recuperara. Ella misma confesaba que había estado todo el día sin hablar para poder cantar. A pesar de ello, dejó de lado su lado más folk y acústico y acompañada de su guitarra eléctrica se lanzó por los parajes sonoros del jazz, del soul y del blues. Oscuridad y sentimientos arrastrados se entrelazaban.
Con una banda de apoyo solvente con Adam Brisbin a la guitarra, Geoffrey Muller al bajo y Justin Veloso a la batería, abrieron con una versión del “Joshua Gone Barbados” de las Basement Tapes, a las que Holland confiesa escuchar sin descanso. La rítmica “On and On”, que abre el disco, le siguió. Sonaron casi todos los temas de Wine Dark Sea como la versión de “The Love You Save” de Joe Tex, la aparentemente tranquila “First Sing of Spring”, la intrincada e experimental “I Thought It Was The Moon”, la oscura “Dark Days” o “Saint Dymphna” que cerró el segundo set antes de los bises. Entre las versiones también un “Song for Lou Reed” de Black Ya Ya, el nuevo proyecto del ex líder de Herman Dune o “Who Are You?” de su adorado Tom Waits, ambos se confiesan admiración mútua. Todo ello rodeado de sonoridades envolventes, experimentación, canciones que suenan a clásicos y la voz única de Jolie Holland arrastrándonos cual sirena a la perdición. Y nosotros dejándonos arrastrar sin remedio, hasta hundirnos en su música. Si enferma consigue ofrecer conciertos así. Estoy deseando que vuelva en perfectas condiciones. Su música se nos ha quedado clavada en el alma.