Entre luces y tinieblas
Barcelona, en cuanto a iluminación de conciertos se refiere, ha escogido dos sendas totalmente diferenciadas. No sé si en otras ciudades es así, pero aquí es verdaderamente desesperante. La primera senda es adoradora del dios Ra, del sol más inclemente, de la luz cegadora, de freír al público de conciertos y la segunda, es seguidora